Andes Resilientes al Cambio Climático

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Tres historias, un mismo mensaje: los sistemas agroforestales fortalecen la resiliencia de los Andes ecuatorianos

Tres historias, un mismo mensaje: los sistemas agroforestales fortalecen la resiliencia de los Andes ecuatorianos

UBICACIÓN

3 provincias andinas: Bolívar, Cotopaxi y Chimborazo

CONTRAPARTES

En las provincias andinas de Chimborazo, Bolívar y Cotopaxi, tres fincas familiares se han convertido en laboratorios vivos para la validación de modelos agroforestales y silvopastoriles impulsados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático. Estas experiencias demuestran cómo la integración de saberes ancestrales y conocimiento técnico puede fortalecer la adaptación climática y transformar los sistemas productivos rurales hacia prácticas más sostenibles.

Con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el proyecto Andes Resilientes, estas familias están implementando sistemas agroforestales y silvopastoriles, prácticas que no solo fortalecen la resiliencia agrícola, sino que también aportan directamente a la mitigación del cambio climático a través de la captura de carbono y la reducción de la presión sobre bosques nativos.

Prácticas que generan múltiples co-beneficios

Estas experiencias muestran cómo una sola intervención puede generar impactos en distintos niveles:

  • Ambientales: recuperación de suelos, protección de fuentes de agua, aumento de cobertura vegetal y captura de carbono.
  • Productivos: diversificación de cultivos, mejor alimentación del ganado, incremento de la productividad y mayor estabilidad frente a sequías, heladas y lluvias intensas.
  • Sociales: fortalecimiento de conocimientos locales, mayor seguridad alimentaria y oportunidades para nuevas generaciones agricultoras.

 

Adaptación y mitigación como una sola estrategia

Los sistemas agroforestales y silvopastoriles funcionan a la vez como medidas de adaptación, al reducir la vulnerabilidad de los sistemas agrícolas frente a eventos climáticos extremos, y como medidas de mitigación, al incrementar el almacenamiento de carbono y promover prácticas de manejo sostenible del territorio.

El modelo agroforestal y silvopastoril propuesto busca diversificar los sistemas agrícolas mediante la siembra conjunta de árboles frutales, maderables, pastos y cultivos, integrando también la presencia de ganado o aves de corral. Esta combinación permite conservar el carbono y el agua en el suelo, reducir la erosión y mejorar la productividad de manera sostenible.

Durante los meses de agosto y septiembre de 2025, el MAG y Andes Resilientes implementaron estas experiencias piloto en tres fincas familiares seleccionadas en el marco de la Estrategia Nacional de Sistemas Agroforestales y Silvopastoriles. Cada una refleja un contexto ambiental y social distinto, pero un mismo compromiso con la resiliencia y el cuidado de la tierra

Katari Tenezaca

Cebadas (Chimborazo):

recuperar el equilibrio del suelo y el conocimiento ancestral

En la finca de Katari Tenezaca, en el cantón Cebadas, Andes Resilientes y el MAG trabajaron junto a productores locales para implementar un diseño agroforestal y silvopastoril que combina árboles frutales, maderables y césped con prácticas de pastoreo sostenible.
Esta experiencia busca no solo proteger la fertilidad del suelo y conservar el agua, sino también recuperar saberes agrícolas ancestrales, perdidos con el tiempo por el avance del monocultivo.
“Antes teníamos prados llenos de árboles, pero por descuido los perdimos. Hoy queremos volver a sembrar vida en nuestras parcelas”, comenta Angelita Llantalema, agricultora local.
Las capacitaciones técnicas del MAG permitieron a las familias aprender nuevas formas de conservación del suelo, manejo de microclimas y técnicas de siembra adaptadas a las condiciones extremas de altura. En Cebadas, donde la desnutrición infantil y la erosión del suelo son desafíos urgentes, este modelo se convierte en una apuesta por la salud, la alimentación y la sostenibilidad.

Teresa Quinabanda

Guaranda (Bolívar):

enfrentar el cambio climático desde el territorio

En la finca de Teresa Quinabanda, en la comunidad de Benchoa, se desarrolló un diseño de siembra agroforestal y silvopastoril adaptado a las condiciones de sequía y lluvias intensas que afectan a la zona.
Con el apoyo técnico de Andes Resilientes y el MAG, esta experiencia ha permitido validar cómo estos sistemas contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de carbono, gracias al rol de los árboles en la captura y retención del carbono en los suelos.
“Estos árboles son un regalo de Dios. Nos ayudarán a proteger la tierra y mantener la producción”, señala doña Teresa, quien ve en este modelo una oportunidad para asegurar el sustento de su familia.
El enfoque silvopastoril incorpora también el manejo sostenible del ganado, promoviendo la regeneración natural del suelo mediante el pisoteo moderado y la fertilización orgánica. Esta experiencia demuestra que la agricultura sostenible es también una estrategia de adaptación económica y social, capaz de garantizar medios de vida dignos en contextos climáticos adversos.

Finca La Tamia

Pujilí (Cotopaxi):

La Tamia, una finca orgánica que innova para el futuro

Con más de 25 años de trayectoria en producción orgánica, la Finca La Tamia se ha convertido en un referente nacional de agricultura sostenible. Hoy, de la mano del MAG y Andes Resilientes, forma parte del grupo piloto que implementa el modelo agroforestal y silvopastoril como una herramienta para fortalecer su sostenibilidad y resiliencia frente al cambio climático.
Ubicada en una zona árida y ventosa, La Tamia enfrenta retos ambientales que hacen indispensable innovar en los sistemas de cultivo. Su nueva apuesta combina árboles frutales, cultivos agrícolas, pastos y aves de corral, que en conjunto ayudan a conservar el suelo, el agua y la biodiversidad.
“Nuestra finca siempre estará abierta para que otros productores puedan venir, mirar y aprender de lo que estamos haciendo aquí”, afirma René Vega, gestor de la finca.
Para el MAG, este tipo de iniciativas representa un paso clave hacia la transformación del modelo agrícola nacional, tradicionalmente basado en monocultivos y uso intensivo de agroquímicos.

Una alianza por la sostenibilidad y la resiliencia climática

La implementación de estos tres pilotos —en Cebadas, Guaranda y Pujilí— constituye un hito en la colaboración entre Andes Resilientes al Cambio Climático y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador, al integrar conocimiento técnico, políticas públicas y experiencias reales en campo.

“A través de estos modelos buscamos recolectar información, monitorear resultados y fortalecer la Estrategia Nacional de Sistemas Agroforestales y Silvopastoriles. Son experiencias que permitirán escalar estas prácticas a nivel nacional”, explica Paul Andrés Jiménez, consultor técnico del proyecto.

Estas experiencias confirman que la adaptación climática en los Andes se construye desde el territorio, con la gente y para la gente. En cada finca, los árboles plantados no solo regeneran el suelo: también siembran esperanza, aprendizajes compartidos y futuro para las comunidades andinas.

Proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático

Una iniciativa de la cooperación Internacional de suiza – COSUDE, desde el Hub Regional Lima e implementada por el consorcio Helvetas y Fundación Avina en Perú, Ecuador y Bolivia.

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