REGIONAL
¿Cómo avanzan los procesos de implementación de los Planes Nacionales de Adaptación en la región andina?
Del 23 de marzo hasta el 4 de abril se desarrolla la Semana Mundial de Adaptación en Santiago de Chile. Los expertos y líderes que participan se centran en acelerar los esfuerzos para adaptarse a los efectos cada vez más graves del cambio climático y hacer frente a las pérdidas y daños.
Los Planes Nacionales de Adaptación (PNA, o más conocidos como NAP, por sus siglas en inglés) son un elemento clave de este encuentro. Son el principal instrumento para guiar la planificación y la implementación de la adaptación al cambio climático en cada país. Contienen acciones de adaptación priorizadas para un periodo determinado con el fin de informar sobre la implementación, el seguimiento y la evaluación, y desempeñan un papel central cuando se informa sobre los esfuerzos y necesidades de los países en desarrollo. Este reporte es vital para levantar oportunidades de financiamiento, en materia de adaptación para los países en desarrollo.
El proceso de desarrollo de un PNA que cuente con metodologías, herramientas afinadas y adoptadas para medir contextos diferentes de cada sector priorizado, entre los cuales el sector de agua y agricultura son claves, implica que se fortalezcan capacidades y conocimientos de los actores responsables, así como la necesidad de robustecer las herramientas de recojo de información.
En la siguiente gráfica se observa el estado de elaboración de los planes nacionales y de su implementación en Bolivia, Ecuador y Perú, países andinos que a pesar de tener bajas emisiones de gases de efecto invernadero comparativamente, son altamente vulnerables a los efectos del cambio climático , sobre todo sus poblaciones que dependen de la agricultura familiar andina como medio de vida.
El Proyecto Regional Andes Resilientes al Cambio Climático, que tiene como objetivo fortalecer la resiliencia y adaptación al cambio climático de las poblaciones andinas rurales más vulnerables en Bolivia, Ecuador y Perú, acompaña a estos tres países generando espacios de intercambio y aprendizaje entre pares.
Uno de sus enfoques fue la temática de Monitoreo y Evaluación de la Adaptación al Cambio Climático. A través de 4 sesiones virtuales se logró reunir a más de 50 responsables de estos procesos nacionales, donde se expusieron los procesos de implementación de los PNA, se intercambiaron los desafíos de integrar el género y la inclusión social en cada uno de estos sistemas, se revisó la complejidad del concepto base de la integración vertical y horizontal de los sistemas de monitoreo y evaluación, y se compartió información clave sobre los informes de progreso de estos sistemas.
Cabe mencionar, que el proyecto Andes Resilientes como parte de sus acciones de fortalecimiento de herramientas para la adaptación climática, apoyó al Gobierno de Ecuador con dos insumos que aportan a la formulación del PNA y del Sistema de información de Proyecciones y Riesgo Climático, Medidas de Adaptación al Cambio Climático e Indicador de Vulnerabilidad del Ecuador (SPRACC). Estos son el estudio de riesgo climático de los sectores de soberanía alimentaria, agricultura, acuicultura y pesca, que es uno de los sectores prioziados en el PNA, y el otro insumo es el marco regulatorio de Medición, Reporte y Verificación para la adaptación del sector agricultura.
El contenido de estas sesiones virtuales, las presentaciones y videos completos de las capacitaciones se encuentran sistematizados por expertos del IISD, y publicado en el blog del NAP Global Network: https://napglobalnetwork.org/stories/desarrollo-de-sistemas-mel-para-adaptacion-en-los-andes/
El proyecto regional Andes Resilientes al Cambio Climático colabora con actores nacionales con competencias en agricultura y desarollo rural, ambiente y agua, e inclusión económica y social. Andes Resilientes es impulsado por el Programa Global de Cambio Climático y Medio Ambiente de la Cooperación Suiza COSUDE, facilitado por el consorcio HELVETAS Swiss Intercooperation Fundación Avina y tiene como socio al Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD, por sus siglas en inglés) y aliado estratégico al Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). La primera fase del proyecto cubre el periodo mayo 2020 a julio 2024.
