REGIONAL
Rumbo a la COP30: la adaptación en el centro de la acción climática
La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebrará en Belém do Pará, Brasil, en 2025, marcará un punto de inflexión en la acción climática global. Por primera vez, la adaptación al cambio climático será el tema central de las negociaciones, con la meta de fortalecer la resiliencia de los países y territorios más vulnerables.
Desde el proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático, esta agenda es especialmente relevante: los Andes constituyen una de las regiones más sensibles a los impactos climáticos, donde la variabilidad del clima afecta directamente los medios de vida, la agricultura familiar, la seguridad hídrica y los ecosistemas de montaña.
Una agenda ambiciosa para la acción global
Las prioridades planteadas por la Presidencia brasileña de la COP30 giran en torno a una visión de cooperación y acción colectiva, sintetizada en el concepto del “Mutirão Global”, una labor conjunta que busca articular esfuerzos entre países, comunidades y sectores para acelerar la respuesta frente al cambio climático.
Entre los temas prioritarios se incluyen:
- El seguimiento al Balance Mundial (Global Stocktake) y la implementación de sus resultados.
- El Programa de Trabajo en Mitigación, centrado en sectores clave como residuos y uso del suelo.
- El Programa para la Transición Justa, basado en un enfoque de derechos humanos y equidad.
- La Meta Global de Adaptación, que busca establecer indicadores comunes y medibles para monitorear avances.
- El incremento del financiamiento climático, con el compromiso de duplicar los recursos disponibles para adaptación, resiliencia y pérdidas y daños, y trazar una hoja de ruta para alcanzar 1.3 billones de dólares hacia 2035.
La adaptación como tema central
Durante la COP30, la discusión sobre la Meta Global de Adaptación (CGA) tomará un papel protagónico. Este debate busca acordar una batería de 100 indicadores globales que permitan medir los progresos en adaptación, generando un sistema de monitoreo, evaluación y aprendizaje compartido entre los países.
Estos indicadores son esenciales para dimensionar vulnerabilidades, impulsar planes nacionales de adaptación, reducir impactos sociales y económicos, y garantizar una gestión del conocimiento basada en evidencias.
Como destacó Oscar Paz Rada, experto en cambio climático y resiliencia, “la adaptación es el mecanismo más directo de resiliencia frente al cambio climático”. En este sentido, el reto no es solo medir avances, sino asegurar que estos reflejen las realidades y capacidades locales de los territorios.







Una mirada andina para una meta global
En los Andes, la adaptación es una práctica viva. Las comunidades rurales, pueblos indígenas y agricultores familiares enfrentan día a día los efectos del cambio climático, desplegando saberes ancestrales, innovación local y cooperación para proteger sus fuentes de agua, su biodiversidad y sus modos de vida.
El proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático trabaja precisamente en fortalecer estas capacidades locales y en articularlas con políticas públicas y compromisos internacionales. Su labor contribuye a que los países andinos cuenten con herramientas y evidencias para implementar sus Planes Nacionales de Adaptación, y para posicionar la resiliencia de montaña como un tema prioritario en los foros globales.
Financiamiento y justicia climática
Uno de los debates más esperados en la COP30 será el referido al financiamiento climático. Los países del Sur Global han insistido en la necesidad de asegurar recursos no solo para planificar, sino también para implementar acciones de adaptación y transferencia tecnológica.
La meta de alcanzar 1.3 billones de dólares en financiamiento hacia 2035 deberá traducirse en mecanismos transparentes, accesibles y enfocados en los territorios. La justicia climática, en este contexto, implica que los recursos lleguen efectivamente a las comunidades que sostienen los ecosistemas y la seguridad alimentaria del planeta.
Los Andes en el camino a Belém
De cara a la COP30, los Andes tienen mucho que aportar a la construcción de una agenda climática global más equitativa y contextualizada. Desde las montañas, la adaptación no es solo una medida técnica: es una forma de vida que combina saberes, innovación y cooperación.
Desde el proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático, promovido por la Cooperación Suiza COSUDE, desde su Hub Regional Lima, e implementado por Helvetas y Fundación Avina, este proceso es clave. La iniciativa trabaja en los países andinos fortaleciendo capacidades, políticas públicas y conocimientos, promoviendo la resiliencia climática desde los territorios y fortaleciendo la voz andina en los espacios de negociación internacional.