Andes Resilientes al Cambio Climático

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Día internacional de la Papa: identidad, resiliencia y futuro compartido entre Perú y Bolivia

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Día internacional de la Papa: identidad, resiliencia y futuro compartido entre Perú y Bolivia

En el Día Internacional de la Papa, Andes Resilientes destaca experiencias que revalorizan la agrobiodiversidad y los saberes ancestrales en torno al cultivo de la papa, uniendo esfuerzos en los Andes de Perú y Bolivia.

El 30 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Papa, un cultivo esencial para la seguridad alimentaria, la economía rural y la identidad cultural de los Andes. En este marco, el proyecto regional Andes Resilientes al Cambio Climático – Fase II, impulsa acciones concretas en Perú y Bolivia para revalorizar las variedades nativas, los saberes ancestrales y los sistemas sostenibles que fortalecen la resiliencia de la Agricultura Familiar Andina frente al cambio climático.

A pesar de que la papa es un cultivo emblemático de la zona andina, el cambio climático es un desafío creciente. Las afectaciones por heladas, lluvias intensas y sequias impactan directamente en los cultivos. Productores y productoras de Perú y Bolivia han venido identificando, adaptando y utilizando variedades más resistentes, gracias al rescate de sus conocimientos y saberes ancestrales.

Desde el altiplano boliviano hasta el sur andino peruano, la papa nativa no solo alimenta, sino que también representa un patrimonio biocultural que conecta generaciones, territorios y conocimientos.

Ácora: Centro de origen y futuro de la papa

Productora de papas nativas de Ácora

En el distrito de Acora (Puno, Perú), se celebró una feria agrobiodiversa organizada por el IER Juli de la Prelatura de Juli, el MINAM, el PPD GEF, el PNUD y la Municipalidad distrital de Acora, con más de 100 variedades de papa en exhibición e intercambio, de las más de 600 que se han rescatado. Esta actividad con el objetivo de visibilizar a este distrito como zona de agrobiodiversidad y centro de origen y domesticación de este tubérculo milenario.

“Para nosotros es un orgullo que el Perú y especialmente Acora, sean centro de origen de la papa. Aquí se han originado, domesticado y mejorado las variedades que hoy cultivamos”, expresó Wilmer Machaca, de la organización COMDEX.

El valor de estas acciones no solo es simbólico. A través del proyecto, se vienen fortaleciendo capacidades técnicas, promoviendo el uso sostenible de la agrobiodiversidad y generando espacios de intercambio de conocimientos para el escalamiento y replicabilidad de iniciativas para hacerle frente al cambio climático.

“La papa es uno de los ingredientes infaltables en la dieta diaria de la población nacional y mundial. Nuestros agricultores rurales viven gracias a este cultivo, y desde la Municipalidad de Acora queremos seguir trabajando con Andes Resilientes para incorporar el enfoque de cambio climático en nuestras políticas”, destacó el Gerente General de la Municipalidad de Acora.

Así mismo, la revalorización de las técnicas ancestrales son parte de esta adaptación y resistencia frente al cambio climático. En ese sentido, técnicas como el waru waru, son nuevamente puestas en valor y demuestran que en la sabiduría ancestral están las claves para la resistencia y adaptación climática.

“La técnica del waru waru, en el sol, ha dado buena producción ya que a pesar de que se ha inundado, lo protege de la helada. Este año volveremos a trabajar en waru waru porque es una buena alternativa para protegernos de las heladas”, comenta una productora conservacionista de Ácora.

Bolivia: Escalando buenas prácticas desde el Altiplano

En Bolivia, el proyecto participó en la feria “Juntos Emprendemos” de la Unión Europea (28 y 29 de mayo en La Paz), presentando el piloto de escalamiento de buenas prácticas en el municipio de Palca. Allí, mujeres productoras de variedades como Puca Qollu, Candelero, Jatun Puca, Yana Qollu y Huaycha promueven el uso de semilla certificada, biopreparados y producción orgánica bajo el Sistema Participativo de Garantía (SPG) en articulación con el INIAF.

“Trabajo con INIAF y traigo papas lukis y sisu, resistentes al frío y a la helada. También variedades llamadas papas yari o papas dulces, que estamos tratando de rescatar porque muchas están en peligro de extinción”, explica una productora de papas nativas de Bolivia.

Las acciones se desarrollan en los municipios pilotos del Altiplano (Palca y Escoma) y los Valles (Morochata, Colomi y Tiquipaya) y forman parte de una estrategia de escalamiento que articula producción sostenible, conservación de variedades y acceso a mercados mediante ferias y talleres de transformación.

Este enfoque también se vincula con los procesos de escalamiento a nivel nacional en Bolivia y con el trabajo en mesas técnicas en Perú, que buscan posicionar la agrobiodiversidad y la adaptación al cambio climático en políticas públicas.

Cultivar resiliencia desde la raíz y con sabiduría ancestral

Este trabajo se integra en procesos de escalamiento nacional en Bolivia y en el fortalecimiento de mesas técnicas en Perú, donde se articulan actores para posicionar la agricultura familiar, la agrobiodiversidad y la adaptación al cambio climático en la agenda pública.

Esta conmemoración reafirma el compromiso del proyecto Andes Resilientes por fortalecer la agrobiodiversidad, revalorizar los conocimientos locales y ampliar las oportunidades para los agricultores andinos, que día a día cultivan futuro desde la raíz milenaria de la papa.

Hoy más que nunca, la papa une territorios, saberes y esfuerzos para la resiliencia andina, desde el campo hasta la mesa, desde el conocimiento ancestral hasta la política pública.

El proyecto Andes Resilientes al Cambio Climático es una iniciativa regional promovida por la Sección Clima, Reducción del Riesgo de Desastres y Medio Ambiente de la Cooperación Internacional de Suiza – COSUDE, desde el Hub Regional Lima y facilitada por el consorcio HELVETAS Swiss Intercooperation – Fundación Avina en Bolivia, Ecuador y Perú, promoviendo políticas públicas efectivas, innovaciones tecnológicas y la integración de conocimientos tradicionales para enfrentar los desafíos del cambio climático.